Gestos que enorgullecen al sector asegurador
El sector asegurador comienza con el pago de las prestaciones a los profesionales sanitarios que han sido hospitalizados y a los familiares de aquellos que han fallecido a causa del coronavirus.
Durante esta crisis sanitaria, la sociedad ha sacado lo mejor de sí misma. La solidaridad, la creatividad, el apoyo, la empatía o la generosidad han estado más vivas que nunca. Todos, en mayor o menor medida, han realizado sacrificios que no sabían que podían llegar a hacer, devolviendo al resto algo que tiene un valor incalculable: la humanidad, que parecía olvidada en los ritmos de vida a los que estábamos acostumbrados a vivir.
Quien ha vivido esta crisis en primerísima persona ha sido el sector sanitario, ha sufrido ¡una pandemia global! en primera línea de fuego. Puede que todavía no seamos del todo conscientes, pero estar en el centro del huracán salvando vidas…como mínimo, es loable, aunque el juramento hipocrático de los protagonistas, lo cree necesario.
Fondo solidario
Por todo esto, el pasado 7 de abril, UNESPA anunció el compromiso de constituir un fondo solidario dotado de 38 millones de euros para proteger a los profesionales sanitarios y de las residencias de mayores que luchan más directamente contra el COVID-19. Por primera vez en la historia de España, se ha constituído la mayor póliza jamás suscrita para respaldar a un sector que se ha entregado por completo.
Tras las aportaciones de las aseguradoras, han permitido a UNESPA suscribir, en nombre y representación de 109 entidades, un seguro de vida gratuito, que cubrirá el fallecimiento de quienes cuidan de la salud de todos los ciudadanos afectados por el COVID-19, así como un subsidio para aquellos profesionales que resulten hospitalizados.
En caso de fallecimiento por coronavirus, el capital asegurado asciende a 30.000 euros por persona, que recibirán sus beneficiarios. El subsidio por hospitalización cubrirá el pago de 100 euros al día al profesional ingresado, siempre que la hospitalización supere los tres días y con un máximo de dos semanas. En definitiva, los pagos oscilarán entre los 400 y los 1.400 euros por persona.
Por último y en un gesto que honra al sector asegurador, en caso de que la siniestralidad sea menor que el fondo constituído, el importe sobrante, se destinará a apoyar la investigación sobre el coronavirus.
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